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Piel gruesa. HE (1). Humano. 2x. Imagen a bajo aumento de un fragmento de piel gruesa seccionado perpendicularmente con respecto a la superficie cutánea. Se distinguen con facilidad todas las capas de la piel: epidermis (un epitelio plano estratificado queratinizado) (E), dermis (D) e hipodermis (H). Dermis e hipodermis están constituidas por tejido conjuntivo, y el límite (flechas) entre ambas no es perfectamente neto, de modo que puede considerarse que los lobulillos adiposos (a) pertenecerían ya a la hipodermis. (g: porciones secretoras de glándulas sudoríparas ecrinas).
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Piel gruesa. HE (2). Humano. 4x. La epidermis (E) es un epitelio plano estratificado queratinizado (“ortoqueratinizado”). En la piel gruesa (palmas de las manos y plantas de los pies) está muy desarrollado el estrato córneo (Ec). La unión dermo-epidérmica es muy irregular, encajando crestas epidérmicas (puntas de flecha azules) con papilas dérmicas (puntas de flecha rojas). Estas últimas constituyen la dermis superficial o papilar. La dermis profunda o reticular (Dr) se sitúa más abajo y es un tejido conjuntivo plexiforme. (Flechas: conductos excretores de glándulas sudoríparas ecrinas).
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Piel gruesa. HE (3). Humano. 10x. El epitelio plano estratificado queratinizado de la epidermis posee los siguientes estratos (empezando por el más profundo): basal o germinativo (puntas de flecha azules), espinoso (Ee), granuloso (puntas de flecha rojas), lúcido (flechas azules) (exclusivo de la piel gruesa), y córneo (Ec). (Pd: papilas dérmicas. Asterisco: papilas dérmicas seccionadas tangencialmente, que debido al plano de corte aparecen “aisladas” en el seno de la epidermis. Flecha roja: porción intraepidérmica del conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel gruesa. HE (4). Humano. 20x. El epitelio de la epidermis lo componen fundamentalmente queratinocitos, los cuales constituyen los distintos estratos. Otros tipos celulares presentes en el epitelio (melanocitos, células de Merkel y células de Langerhans), suelen requerir técnicas especiales para ser visualizados. En esta imagen se aprecian perfectamente los distintos estratos: basal o germinativo (Eb), espinoso (Ee), granuloso (Eg), lúcido (El) y córneo (Ec). En los dos últimos, los queratinocitos se han diferenciado hacia escamas córneas o corneocitos, ya carentes de núcleo. (D: dermis).
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Piel gruesa. HE (5). Humano. 40x. El estrato basal (Eb) lo forma una única hilera de células. El estrato espinoso (Ee) lo componen múltiples capas, y entre las células se observan espacios intercelulares, los canales faciales (puntas de flecha), con diminutas “espinas”. Los depósitos intracelulares de material eosinófilo son paquetes de filamentos de queratina. El estrato granuloso (Eg), de pocas células de espesor, destaca por los gránulos de queratohialina, intensamente basófilos. (Asterisco: estrato lúcido. D: papilas dérmicas, con tejido conjuntivo laxo).
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Piel gruesa. HE (6). Humano. 10x. Dermis profunda o reticular, constituida por un tejido conjuntivo plexiforme (también denominado “denso no modelado”), en el que se aprecian gruesos haces de fibras colágenas completamente entrecruzados (existen también fibras elásticas, no distinguibles de las fibras colágenas con esta técnica). La piel gruesa no posee glándulas sebáceas ni folículos pilosos, pero sí abundantes glándulas sudoríparas ecrinas, cuyos conductos excretores (puntas de flecha) pueden verse en esta imagen discurriendo verticalmente por la dermis. (V: vasos sanguíneos).
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Piel gruesa. HE (7). Humano. 20x. Imagen a mayor aumento de la dermis profunda o reticular. El tejido conjuntivo plexiforme que la constituye posee gruesos haces de fibras colágenas que se entrecruzan de manera compleja (existen también fibras elásticas, no distinguibles con esta técnica). Es muy fácil diferenciar los haces de fibras colágenas seccionados longitudinalmente (puntas de flecha azules) de los seccionados transversalmente (puntas de flecha rojas). (V: vasos sanguíneos).
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Piel gruesa. HE (8). Humano. 20x. Glomus (G) situado en la dermis profunda. Es un tipo especial de anastomosis arterio-venosa. Pueden distinguirse dos pequeños canales vasculares (puntas de flecha) en su interior, rodeados por numerosas células (flechas azules) de aspecto epitelioide. Por fuera se aprecia una densificación conjuntiva a modo de cápsula (c). (V: vaso sanguíneo, que presenta un cojinete muscular subendotelial (flecha roja). Ce: conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel gruesa. HE (9). Humano. 10x. Corpúsculo de Pacini (P) situado en la dermis más profunda. Se trata de un receptor sensorial cutáneo, un mecanoceptor. Es de gran tamaño, y posee una gruesa cápsula conjuntiva (flecha de doble punta) constituida por múltiples capas de fibroblastos muy aplanados, separados por una sustancia intercelular carente de apetencia tintorial. Si bien no se aprecia con claridad en la imagen, en el centro del corpúsculo se localizaría el terminal axónico rodeado por células de teloglía. (Puntas de flecha: vasos sanguíneos en el interior de la cápsula conjuntiva).
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Piel gruesa. HE (10). Humano. 40x. Corpúsculo de Meissner (M) situado en una papila dérmica. Se trata de otro tipo de corpúsculo sensitivo, receptor sensorial cutáneo o mecanoceptor. Se localiza muy superficialmente, en la dermis papilar. En la imagen no se ve el terminal axónico (sería necesario utilizar una técnica argéntica), pero sí un apelotonamiento de núcleos alargados (puntas de flecha), cuyos ejes mayores se disponen horizontalmente: son los núcleos de las células de teloglía que forman parte de este corpúsculo. (E: epidermis).
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Piel gruesa. PTAH (1). Humano. 2x. Imagen a bajo aumento de un fragmento de piel gruesa teñido con hematoxilina fosfotúngstica (PTAH), seccionado perpendicularmente con respecto a la superficie cutánea. Se distinguen todas las capas de la piel: epidermis (un epitelio plano estratificado queratinizado) (E), dermis (D) e hipodermis (H). (g: porciones secretoras de glándulas sudoríparas ecrinas. Flecha: trayecto, dentro del estrato córneo, del conducto excretor de una glándula sudorípara. a: lobulillos adiposos).
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Piel gruesa. PTAH (2). Humano. 4x. La epidermis (E) es un epitelio plano estratificado queratinizado (“ortoqueratinizado”) que, en la piel gruesa, posee un estrato córneo (Ec) muy desarrollado. Obsérvese también la gran irregularidad de la unión dermo-epidérmica, con las crestas epidérmicas (puntas de flecha azules) y las papilas dérmicas (puntas de flecha rojas). Estas últimas constituyen la dermis superficial o papilar. (Dp: dermis profunda o reticular. Flechas: conductos excretores de glándulas sudoríparas ecrinas. g: porción secretora de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel gruesa. PTAH (3). Humano. 20x. Con esta técnica, en el epitelio plano estratificado queratinizado de la epidermis se distinguen adecuadamente los estratos basal o germinativo (puntas de flecha), espinoso (Ee), lúcido (El) y córneo (Ec). El estrato granuloso, muy teñido, no se diferencia de la porción más superficial del estrato espinoso. En la parte inferior derecha de la imagen puede verse cómo la porción intradérmica del conducto excretor (flecha) de una glándula sudorípara ecrina está desembocando en la parte más profunda de una cresta epidérmica. (Pd: papilas dérmicas).
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Piel gruesa. PTAH (4). Humano. 40x. A gran aumento pueden verse, en las zonas más profundas del estrato espinoso, espacios intercelulares (los llamados canales faciales) (puntas de flecha rojas) que parecen estar surcados por diminutas “espinas”. En la mitad más superficial (asterisco) del estrato espinoso, por el contrario, es evidente la acumulación de paquetes de filamentos de queratina, intensamente teñidos de azul. Obsérvese también la marcada irregularidad (puntas de flecha azules) de la superficie basal de las células del estrato germinativo (Eb). (El: estrato lúcido. D: dermis).
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Piel gruesa. PTAH (5). Humano. 100x. Porción media del estrato espinoso seccionada horizontalmente. Los espacios intercelulares (“canales faciales” o “interfaciales”) parecen estar “atravesados” por filamentos de queratina (puntas de flecha rojas), teñidos de azul, dando la falsa impresión de pasar directamente de un queratinocito al inmediatamente adyacente. Los engrosamientos situados en el centro de las “espinas” son los llamados “nódulos de Bizzozero” (puntas de flecha azules) (ahí se sitúa el desmosoma). (Asterisco: secciones tangenciales de canales faciales, otorgando ese aspecto punteado).
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Piel gruesa. PTAH (6). Humano. 10x. Obsérvese el diferente aspecto del tejido conjuntivo dérmico, según se trate de la dermis superficial o papilar (Ds) (tejido conjuntivo laxo), o de la dermis profunda o reticular (asterisco) (tejido conjuntivo plexiforme). (E: epidermis. Flecha roja: porción intradérmica del conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina ingresando en el extremo de una cresta epidérmica. Flecha azul: porción intraepidérmica del conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel gruesa. PTAH (7). Humano. 20x. Las glándulas sudoríparas ecrinas son tubulares no ramificadas. La porción más profunda del conducto excretor y toda la porción secretora, situadas en la profundidad de la dermis, se retuercen dando numerosas vueltas, por lo que en los cortes histológicos aparecen, agrupadas en un pequeño espacio y cercanas a grupos de adipocitos, múltiples secciones de la porción secretora (Ps) (epitelio alto, de aspecto pseudoestratificado, con células mioepiteliales señaladas con puntas de flecha), y algunas del conducto excretor (Ce) (de menor calibre y con epitelio biestratificado).
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Piel gruesa. PTAH (8). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de varias secciones de la porción secretora de una glándula sudorípara ecrina. Poseen un epitelio alto, de aspecto pseudoestratificado, y una luz (asterisco) perfectamente visible. Las estructuras intensamente teñidas de color azul, localizadas en la región más periférica de la porción secretora, corresponden a células mioepiteliales (puntas de flecha).
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Piel gruesa. Gallego (1). Humano. 2x. Piel gruesa observada a bajo aumento, teñida con la técnica de Gallego. Las fibras colágenas se tiñen de color azul turquesa por el carmín de índigo, mientras que las fibras elásticas lo hacen de color rojo granate por la fucsina básica o diamante. Pueden distinguirse todas las capas de la piel: epidermis (un epitelio plano estratificado queratinizado) (E), dermis (D) e hipodermis (H). Estas últimas están constituidas por tejido conjuntivo. (g: porciones secretoras de glándulas sudoríparas ecrinas. a: lobulillos adiposos, ya pertenecientes a la hipodermis).
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Piel gruesa. Gallego (2). Humano. 4x. La epidermis (E) es un epitelio plano estratificado queratinizado (“ortoqueratinizado”). En la piel gruesa está muy desarrollado el estrato córneo (asterisco). La unión dermo-epidérmica es muy irregular, encajando crestas epidérmicas (puntas de flecha azules) con papilas dérmicas (puntas de flecha rojas). Estas últimas constituyen la dermis superficial o papilar. La dermis profunda o reticular (Dp) se sitúa más abajo y es un tejido conjuntivo plexiforme. (g: porciones secretoras de glándulas sudoríparas ecrinas).
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Piel gruesa. Gallego (3). Humano. 10x. El epitelio plano estratificado queratinizado de la epidermis de la piel gruesa posee los siguientes estratos (empezando por el más profundo): basal o germinativo (puntas de flecha azules), espinoso (Ee), granuloso (puntas de flecha rojas), lúcido (apenas distinguible con esta técnica), y córneo (Ec). Las papilas dérmicas (Pd), que componen la dermis superficial, están constituidas por un tejido conjuntivo laxo. En cambio, la dermis profunda (Dp) presenta un tejido conjuntivo plexiforme, con los típicos gruesos haces entrecruzados de fibras colágenas.
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Piel gruesa. Gallego (4). Humano. 20x. Las papilas dérmicas (Pd), que forman la dermis superficial, poseen un tejido conjuntivo laxo, con capilares sanguíneos, en el que llama la atención la delicada trama de fibras colágenas (azul turquesa), así como la presencia de fibras elásticas (rojo granate). En la dermis profunda (Dp) el tejido conjuntivo es plexiforme: existen fibras elásticas, pero los haces de fibras colágenas son notablemente gruesos y se entrecruzan de manera compleja. (Ce: crestas epidérmicas. Flecha: porción intraepidérmica del conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel gruesa. Gallego (5). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de la dermis profunda o reticular. El tejido conjuntivo plexiforme que la constituye posee gruesos haces de fibras colágenas, teñidos de color azul turquesa, que se entrecruzan de manera compleja. Es muy fácil diferenciar los haces de fibras colágenas seccionados longitudinalmente (flechas azules) de los seccionados transversalmente (flechas rojas). Se aprecian fibras elásticas (puntas de flecha) teñidas de color rojo granate, finas y de aspecto filiforme, dispersas entre los haces de fibras colágenas. (V: vasos sanguíneos).
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Piel fina. HE (1). Humano. Panorámica. Fragmento de piel fina seccionado perpendicularmente con respecto a la superficie cutánea. Se distingue una fina epidermis (flecha azul) (un epitelio plano estratificado queratinizado), la dermis (D), y la hipodermis (H) o “tejido celular subcutáneo”, masivamente ocupada por lobulillos adiposos. Obsérvese la presencia de un complejo pilo-sebáceo (flechas rojas), así como dos glándulas sudoríparas ecrinas (g).
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Piel fina. HE (2). Humano. 4x. En la piel fina, el espesor de la epidermis (E) es mucho menor que en la piel gruesa. Además, es posible encontrar complejos pilo-sebáceos (Cp), como el que se observa en el centro de la imagen, los cuales jamás aparecen en una piel gruesa. (D: dermis. Flecha roja: glándula sebácea. Flecha azul: tallo del pelo, saliendo hacia el exterior por el conducto folicular. g: glándula sudorípara ecrina).
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Piel fina. HE (3). Humano. 10x. La epidermis de la piel fina está mucho menos desarrollada que la de la piel gruesa, destacando especialmente el menor grosor del estrato córneo (flecha). Además, no existe estrato lúcido. La unión dermo-epidérmica no es tan irregular como la de la piel gruesa, si bien también es posible distinguir papilas dérmicas (asterisco azul) y crestas epidérmicas (asterisco rojo). Nótese asimismo, al igual que en la piel gruesa, la diferencia entre el tejido conjuntivo laxo de la dermis superficial (Ds) y el tejido conjuntivo plexiforme de la dermis profunda (Dp).
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Piel fina. HE (4). Humano. 40x. La epidermis de la piel fina, un epitelio plano estratificado queratinizado, no posee estrato lúcido, pero sí estrato basal o germinativo (Eb), espinoso (Ee), granuloso (flecha) y córneo (Ec). Este último aparece con mayor grosor del que realmente posee, ya que los corneocitos están demasiado separados entre sí (es un artefacto). La célula de citoplasma pálido señalada con una punta de flecha azul podría ser, por su situación, una célula de Langerhans. (Puntas de flecha rojas: pigmento melánico en el citoplasma de queratinocitos del estrato basal. D: dermis).
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Piel fina. HE (5). Humano. 10x. Glándula sebácea (Gs) desembocando en un folículo piloso (F), constituyendo en conjunto un complejo pilo-sebáceo. En este tipo de glándula el mecanismo de secreción es HOLOCRINO: toda la célula acaba siendo el producto de secreción, denominado sebo. Obsérvese cómo el sebo se está vertiendo directamente (asterisco) hacia la luz del conducto folicular. A la izquierda puede verse el músculo erector del pelo (m).
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Piel fina. HE (6). Humano. 10x. Dos glándulas sudoríparas ecrinas localizadas en la profundidad de la dermis, relacionadas con grupos de adipocitos blancos (a) y rodeadas por paquetes de fibras colágenas (f). Se distinguen perfectamente las secciones correspondientes a la porción secretora (flechas azules) (mayor calibre, luz más amplia, epitelio pálido) de las que pertenecen a la parte más profunda del conducto excretor (flechas rojas) (menor calibre, luz más estrecha, epitelio biestratificado más teñido).
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Piel fina. HE (7). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de una glándula sudorípara ecrina. Las secciones pertenecientes a la porción secretora (Ps) poseen una luz relativamente amplia y un epitelio pálido, alto, de aspecto muchas veces pseudoestratificado. Por el contrario, el conducto excretor (Ce) siempre aparece más teñido, su calibre es menor, la luz más angosta, y el epitelio es típicamente biestratificado, con una estrecha franja intensamente eosinófila (flechas) en la región más apical de las células epiteliales adyacentes a la luz. (Puntas de flecha: células mioepiteliales).
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Piel fina. HE (8). Humano. 4x. Tejido conjuntivo plexiforme (también llamado tejido conjuntivo denso no modelado) de la dermis profunda o reticular. Obsérvese la riqueza en fibras colágenas, muy eosinófilas, que se disponen en paquetes que se entrecruzan constituyendo una trama densa y compleja.
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Piel melanina. HE (1). Perro. 10x. Corte histológico de la nariz de un perro (trufa canina). Se distingue una epidermis (E) apoyada sobre una dermis (D). A lo largo del espesor del epitelio plano estratificado de la epidermis se observan cantidades variables de melanina (puntas de flecha). Este pigmento melánico posee un color propio marrón/negro, y su aspecto hubiera sido el mismo en el caso de no haberse aplicado tinción alguna sobre la muestra. (Ec: estrato córneo de la epidermis).
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Piel melanina. HE (2). Perro. 20x. La melanina la sintetizan los melanocitos situados en el estrato basal o germinativo, y luego es “transferida” a los queratinocitos adyacentes, quienes llegan a acumular una importante cantidad de pigmento en sus citoplasmas. En esta imagen puede observarse cómo son sobre todo los queratinocitos del estrato espinoso quienes presentan depósitos importantes de melanina (puntas de flecha), con tendencia a localizarse justo por encima del núcleo celular. (E: epidermis; Ec: estrato córneo; D: dermis).
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Piel melanina. HE (3). Perro. 40x. En los queratinocitos los granos de melanina tienden a disponerse en agregados (puntas de flecha azules) localizados por encima del núcleo. Por ello se decía que la melanina se ubica “en el lado soleado de la célula”. Las líneas oscuras (puntas de flecha rojas) que discurren entre los queratinocitos, corresponden a finas prolongaciones de aspecto dendrítico pertenecientes a melanocitos, ocupadas por granos de melanina que acabarán por ser “transferidos” a queratinocitos próximos. (Ec: estrato córneo. Eg: estrato granuloso, con gránulos de queratohialina).
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Piel fina. Gallego (1). Humano. 4x. Fragmento de piel fina seccionado perpendicularmente con respecto a la superficie cutánea. Con esta técnica, las fibras colágenas se tiñen de color azul turquesa por el carmín de índigo, mientras que las fibras elásticas lo hacen de color rojo granate por la fucsina básica o diamante. Se distingue una fina epidermis (flecha azul) (un epitelio plano estratificado queratinizado), apoyada sobre la dermis (D), un tejido conjuntivo. (Flechas rojas: glándulas sudoríparas ecrinas).
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Piel fina. Gallego (2). Humano. 10x. En la piel fina, el espesor de la epidermis (E) es mucho menor que en la piel gruesa. Ya a este aumento, es posible distinguir la dermis superficial (Ds) de la dermis profunda (Dp). En esta última se observa un folículo piloso seccionado transversalmente (flecha azul), así como varias glándulas sudoríparas ecrinas (flechas rojas).
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Piel fina. Gallego (3). Humano. 20x. La epidermis (E) de la piel fina está mucho menos desarrollada que la de la piel gruesa, destacando especialmente el menor grosor del estrato córneo (Ec). Nótese que la unión dermo-epidérmica es bastante lisa, y también la diferencia entre el tejido conjuntivo laxo de la dermis superficial (Ds) y el tejido conjuntivo plexiforme de la dermis profunda (Dp). (Flecha: sección transversal de la porción intradérmica del conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina. Puntas de flecha: pigmento melánico en queratinocitos del estrato basal).
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (1). Humano. 2x. Imagen a bajo aumento de una piel gruesa. En la profundidad de la dermis aparecen numerosas glándulas sudoríparas ecrinas, cuyas porciones secretoras (flechas) muestran una estrecha relación espacial con lobulillos adiposos (lo). Se observa, además, la porción intradérmica de un conducto excretor (punta de flecha), discurriendo verticalmente por la dermis. Obsérvese el gran desarrollo del estrato córneo (Ec) de la epidermis.
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (2). Humano. 10x. La glándula sudorípara ecrina es túbulo-glomerular, no ramificada. Como su porción más profunda, de forma contorneada, comprende una pequeña porción del conducto excretor y toda la porción secretora, en los cortes histológicos aparecen múltiples secciones de la porción secretora (flechas rojas) (con epitelio pálido de aspecto pseudoestratificado) y unas cuantas del conducto excretor (flechas azules) (de calibre más estrecho, con epitelio biestratificado). (A: adipocitos uniloculares. Puntas de flecha: células mioepiteliales).
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (3). Humano. 20x. Las secciones de la porción secretora (Ps) se diferencian muy bien de las del conducto excretor (Ce). En las primeras el epitelio es más pálido, de aspecto pseudoestratificado. En el conducto excretor el epitelio es biestratificado, más teñido, y se suele observar una estrecha franja eosinófila (punta de flecha roja) en el citoplasma apical de las células más superficiales, junto a la luz del conducto. (Puntas de flecha azules: células mioepiteliales. Flecha: límite exacto entre la porción secretora (1) y el conducto excretor (2). V: arteriola).
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (4). Humano. 100x. Sección transversal de la porción secretora, vista a gran aumento. El epitelio es relativamente alto, pálido, de aspecto pseudoestratificado. Los polos apicales (flecha) de algunas células (se trataría de células “oscuras”) parecen albergar gránulos. Las estructuras intensamente eosinófilas que aparecen en la región más externa de la glándula corresponden a secciones transversales/oblicuas de células mioepiteliales (puntas de flecha azules). (Punta de flecha roja: luz de la glándula).
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (5). Humano. 100x. Sección transversal del conducto excretor, vista a gran aumento. Se diferencia de la porción secretora por poseer un calibre menor y una luz (flecha) un poco más angosta. Su epitelio de revestimiento (E) es típicamente biestratificado, presentando una estrecha franja intensamente eosinófila (puntas de flecha) en la región más apical de las células epiteliales adyacentes a la luz del conducto.
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (6). Humano. 10x. La porción intradérmica del conducto excretor (flecha) de la glándula sudorípara ecrina discurre verticalmente por la dermis, desembocando en la región más profunda de una cresta epidérmica. A partir de ahí ya se habla de porción intraepidérmica de dicho conducto, también denominada “acrosiringio”. En la imagen se pueden observar, señaladas con varias puntas de flecha, diversas secciones de esta parte del conducto, incluso dos de ellas en pleno estrato córneo. (Ee: estrato espinoso. Ec: estrato córneo).
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Glándulas sudoríparas ecrinas. HE (7). Humano. 20x. Múltiples secciones (puntas de flecha) de la porción intraepidérmica (“acrosiringio”) del conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina. Son los propios queratinocitos epidérmicos los que se separan para constituir una luz por donde el sudor saldrá finalmente al exterior. Nótese cómo las secciones del conducto en el seno del estrato córneo se disponen típicamente en zig-zag. (Ee: estrato espinoso. Eg: estrato granuloso. Ec: estrato córneo).
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Piel dermis. Glándula sebácea. HE (1). Humano. 2x. Sección horizontal (paralela a la superficie cutánea) que afecta a la dermis profunda o reticular de una piel fina. Entre los haces entrecruzados de fibras colágenas del tejido conjuntivo plexiforme se sitúan, prácticamente equidistantes, varios complejos pilo-sebáceos, distinguiéndose fácilmente los folículos pilosos (puntas de flecha) de las glándulas sebáceas (asteriscos) que los acompañan.
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Piel dermis. Glándula sebácea. HE (2). Humano. 10x. Sección transversal de un complejo pilo-sebáceo. En relación con un folículo piloso (f) aparecen varias formaciones saculares (asteriscos), ocupadas por células de citoplasma espumoso y pálido. Pertenecen a una misma glándula sebácea. En este tipo de glándula exocrina, el mecanismo de secreción es HOLOCRINO: toda la célula va a constituir el producto de secreción, el denominado SEBO. Por fuera se observan secciones transversales de tres fascículos de miocitos lisos que forman parte del músculo erector del pelo (flechas).
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Piel dermis. Glándula sebácea. HE (3). Humano. 10x. Complejo pilo-sebáceo con dos folículos pilosos (f), de aspecto diferente por haber sido seccionados a distintas alturas. Las formaciones saculares (asteriscos) de aspecto pálido corresponden a la glándula sebácea. Ya a este aumento se observa cómo las células más periféricas (1) de esta glándula poseen un citoplasma espumoso y un núcleo redondeado de cromatina laxa, mientras que el núcleo de las células más cercanas (2) al folículo piloso es picnótico y de contorno irregular. (Flecha: conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel dermis. Glándula sebácea. HE (4). Humano. 10x. Complejo pilo-sebáceo con dos folículos pilosos (f), de aspecto diferente por haber sido seccionados a distintas alturas. Las formaciones saculares (asteriscos) de aspecto pálido corresponden a la glándula sebácea. Obsérvese el aspecto espumoso de las células de esta glándula, bebido a la acumulación de gotitas lipídicas en el citoplasma. Algunas células (punta de flecha) muestran ya el típico núcleo picnótico de contorno irregular. (Flecha: conducto excretor de una glándula sudorípara ecrina).
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Piel dermis. Glándula sebácea. HE (5). Humano. 20x. Complejo pilo-sebáceo, con el folículo piloso (f) y la glándula sebácea (S) acompañante. En ésta destaca el aspecto espumoso de las células debido a la presencia de gotitas lipídicas. Las células más periféricas (puntas de flecha) son cuboideas, de pequeño tamaño, y no presentan material lipídico. Los vasos sanguíneos (flechas) localizados aparentemente en el interior de la glándula se hallan en realidad en septos conjuntivos que se introducen en profundas depresiones de la superficie glandular. (Me: miocitos lisos del músculo erector del pelo).
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Piel dermis. Glándula sebácea. HE (6). Humano. 20x. Pueden verse aquí los fenómenos citológicos típicos de la secreción holocrina. Las células más periféricas (flecha) son pequeñas y cuboideas. Al ir ascendiendo (1), el volumen celular aumenta y se cargan de múltiples gotitas de lípidos, lo cual les otorga un aspecto pálido y espumoso. Los núcleos celulares, inicialmente redondeados, acaban por presentar un aspecto picnótico, con cromatina densa y forma estrellada (puntas de flecha). Cerca ya (2) del folículo piloso (f), los núcleos han desaparecido y los contornos celulares se desdibujan.
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Piel. Pelo. HE (1). Humano. 10x. Corte longitudinal del segmento inferior de un folículo piloso correspondiente a un PELO TERMINAL. Su extremo engrosado es el BULBO del folículo piloso, el cual aloja inferiormente la PAPILA (P), estructura conjuntiva con capacidad de inducir el crecimiento del pelo. Por encima de la papila están las “células de la matriz” (que proliferan y forman las capas del folículo piloso y del pelo). Entre ellas hay melanocitos (m) de gran tamaño. (1: pelo. 2: vaina radicular interna, con varias capas distintas. 3: vaina radicular externa. 4: vaina fibrosa).
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Piel. Pelo. HE (2). Humano. 10x. Sección longitudinal de un folículo piloso. Se ve el límite (flechas) entre la porción media o istmo y la porción superior o infundíbulo. En la mitad inferior de la imagen, las tres capas de la vaina radicular interna ya se han queratinizado totalmente, condensándose en una capa única (puntas de flecha), amorfa y eosinófila, que desaparece por completo, de modo que a partir de ahí el pelo (Pe) ya es una estructura libre, rodeado únicamente por la vaina radicular externa (VRE), que a este nivel es ya prácticamente análoga a la epidermis. (Asterisco: vaina fibrosa).
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Piel. Pelo. HE (3). Humano. 4x. Sección horizontal (paralela a la superficie cutánea), a un nivel profundo de la dermis reticular, de una piel con complejos pilosebáceos. Por ello no se aprecian glándulas sebáceas (se localizan más superficialmente), pero sí sudoríparas ecrinas (Gs). Se observan tres folículos pilosos seccionados transversalmente: el de arriba a la derecha (flecha azul) es el que se ha cortado a un nivel más superficial. Los otros dos (flechas rojas) poseen un aspecto muy similar, por lo que se han seccionado a una altura muy parecida. (A: adipocitos uniloculares).
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Piel. Pelo. HE (4). Humano. 10x. Sección transversal del segmento inferior de un folículo piloso, a la altura de su extremo engrosado, el llamado bulbo. Se distingue perfectamente la papila (flecha azul), estructura conjuntiva. Destaca sobre todo la intensa pigmentación (flecha roja), debida a la presencia de melanocitos de gran tamaño que transfieren importantes cantidades de melanina a las células de la matriz vecinas. (Gs: glándula sudorípara ecrina).
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Piel. Pelo. HE (5). Humano. 10x. Sección transversal del segmento inferior de un folículo piloso, pero efectuada a un nivel más superficial que el de la imagen anterior. Se distingue perfectamente, en el centro, el pelo (1), así como la vaina radicular interna (2) (con varias capas distintas), la vaina radicular externa (3) y la vaina fibrosa (4). La vaina radicular externa, a este nivel, está formada por varias hileras de células claras debido a su riqueza en glucógeno. (Gs: glándula sudorípara ecrina).
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Piel. Pelo. HE (6). Humano. 10x. Sección transversal de dos folículos pilosos. El de abajo a la derecha se ha cortado a un nivel más profundo (la imagen es muy similar al de la figura anterior). El de arriba a la izquierda ha sido seccionado a un nivel más superior, cerca del límite entre la porción media o istmo y la porción superior o infundíbulo. Aunque el pelo se ha desprendido, dejando un amplio hueco, las tres capas de la vaina radicular interna ya se han condensado en una capa única (puntas de flecha), amorfa y eosinófila. (VRE: vaina radicular externa. Gs: glándula sudorípara ecrina).
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Piel. Pelo. HE (7). Humano. 40x. Sección transversal del bulbo de un folículo piloso. Destaca una región muy pigmentada (asterisco), con melanocitos de gran tamaño que transfieren melanina a las células de la matriz vecinas. El corte es ligeramente oblicuo, por lo que el lado izquierdo está seccionado a un nivel algo más superficial, distinguiéndose en esa zona una delgada vaina radicular externa (VRE), muy pálida, así como la vaina de Huxley (flecha) (es parte de la vaina radicular interna), con células aplanadas llenas de gránulos de tricohialina muy eosinófilos. (P: papila. Vf: vaina fibrosa).
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Piel. Pelo. HE (8). Humano. 40x. Corte transversal del segmento inferior de un folículo piloso, más superficial que el de la imagen anterior. En el pelo (centro) parece diferenciarse una medular (m) central y una cortical (c) periférica, con más pigmento. Cutícula del pelo y cutícula de la vaina radicular interna prácticamente se confunden, mostrándose como una delgada zona (flecha roja). Sí se aprecia con claridad la capa de Huxley (Hu), con sus típicos gránulos de tricohialina. A la derecha (flecha azul), parece adivinarse la capa de Henle. (VRE: vaina radicular externa. Vf: vaina fibrosa).
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Piel. Pelo. HE (9). Humano. 40x. Corte transversal de un folículo piloso, a un nivel algo más superficial que el de la imagen anterior. En el pelo (Pe) se distingue una medular (m) y una cortical (c), más pigmentada. Cutícula del pelo y cutícula de la vaina radicular interna aparecen como una delgada zona (flecha roja). Por fuera, se ven los demás componentes de la vaina radicular interna: la capa de Huxley (Hu), con gránulos de tricohialina, y la capa de Henle (flecha azul), con su aspecto eosinófilo y homogéneo. (VRE: vaina radicular externa; Vf: vaina fibrosa).
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Uña. HE (1). Conejo de 15 días. Imagen panorámica de una uña seccionada longitudinalmente. Se identifica la placa ungueal (P), que cubre la matriz ungueal (M) y el lecho ungueal (L). A su vez, este epitelio se apoya en la dermis (D), la cual se fija al periostio (punta de flecha) de la falange distal en fase de osificación. En el extremo distal de la placa ungueal, en la epidermis se encuentra el hiponiquio (flecha), pequeña prominencia del estrato córneo. En la parte superior de la imagen puede verse el pliegue ungueal proximal (asterisco), algo despegado de la placa ungueal como consecuencia de la manipulación de la muestra en el proceso del corte histológico. En el extremo de este pliegue sobresale el estrato córneo, y corresponde al eponiquio (E).
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Uña. HE (2). Conejo de 15 días. 4x. Región de la uña donde se aprecia la transición (flecha) entre la lúnula (L) y el lecho ungueal (Lu). Ambas regiones se encuentran cubiertas por la placa ungueal (P). En la zona de la lúnula, la placa ungueal se apoya sobre la matriz ungueal (M), la cual está formada por una gruesa epidermis donde se distingue una capa basal (B), y un estrato espinoso (E) con una porción más superficial de células muy eosinófilas (punta de flecha); sin embargo, no existe estrato granuloso. En la zona del lecho ungueal la epidermis es más estrecha, pero se identifican los mismos dos estratos, el basal y el espinoso. (Ep: Eponiquio. Asterisco: pliegue ungueal proximal. F: falange distal en fase de osificación).
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Uña. HE (3). Conejo de 15 días. 10x. Región de la lúnula. La epidermis (E) que cubre el pliegue ungueal proximal se continúa (flecha) con la de la lúnula, lugar donde la epidermis (flecha de doble punta) se hace más gruesa y el estrato córneo (C) se transforma en la placa ungueal (P). Esta epidermis se apoya sobre la dermis (D), la cual se fija al periostio (asterisco) de la falange distal. La matriz ungueal es la región por donde crece la uña.
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Uña. HE (4). Conejo de 15 días. 20x. Detalle de la región de la lúnula. La zona central más pálida corresponde a la placa ungueal (P). Por encima se encuentra la epidermis (E) que recubre el pliegue ungueal proximal. En este epitelio se observa cómo el estrato granuloso (G) va atenuándose progresivamente hasta desaparecer (flecha). En la mitad inferior de la imagen se sitúa el epitelio de la matriz ungueal (M), formado por una capa basal (B) y encima un grueso estrato espinoso, cuyas células más superficiales (asterisco) poseen un citoplasma muy eosinófilo.
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Pezón. HE (1). Humano. Panorámica de una sección transversal del pezón humano. Está constituido por un tejido conjuntivo con abundantes fibras colágenas y elásticas, así como haces de miocitos lisos dispuestos helicoidalmente. Por fuera está cubierto por una fina epidermis (flecha), con marcada pigmentación. La unión epitelio-conjuntivo es muy irregular, con crestas epidérmicas y papilas conjuntivas muy desarrolladas. En el centro del pezón aparecen cortados transversalmente varios conductos galactóforos (puntas de flecha), con su característico modo de ramificarse. (Gs: glándula sebácea).
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Pezón. HE (2). Humano. 2x. El pezón está recubierto por una delgada epidermis (flecha azul), con abundante pigmento. Por debajo existe un tejido conjuntivo que puede considerarse una dermis (D). Obsérvese la marcada irregularidad de la unión dermo-epidérmica. Más hacia la profundidad se distinguen paquetes de miocitos lisos (asteriscos) en el seno de un tejido conjuntivo rico en fibras. Abajo y a la derecha aparece una glándula de Montgomery (Mo) y una glándula sudorípara ecrina (flecha roja).
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Pezón. HE (3). Humano. 20x. La epidermis del pezón es análoga a la de una piel fina: un epitelio plano estratificado queratinizado (ortoqueratinizado). Destaca, sin embargo, su abundante pigmentación, especialmente en el estrato basal o germinativo (puntas de flecha). La unión dermo-epidérmica es muy irregular, con marcadas crestas epidérmicas (Ce) y papilas dérmicas (Pd).
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Pezón. HE (4). Humano. 40x. La epidermis del pezón es un epitelio plano estratificado queratinizado (ortoqueratinizado), similar al de la piel fina. Destaca la abundante cantidad de melanina que poseen las células del estrato basal (flecha roja), así como también algunas células (flecha azul) de las capas más profundas del estrato espinoso. En el tejido conjuntivo de la dermis, cerca del epitelio, no es excepcional hallar algunas células (puntas de flecha) cargadas de pigmento melánico. Podrían denominarse “melanófagos”.
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Pezón. HE (5). Humano. 4x. En la profundidad del tejido conjuntivo del pezón, además de glándulas sebáceas (no visibles en la imagen) no asociadas a folículos pilosos, es posible encontrar glándulas sudoríparas ecrinas (Gs) de aspecto habitual. En la imagen se aprecia además una glándula de Montgomery (Mo), sudorípara apocrina modificada, si bien este tipo de glándulas son más bien características de la areola. (Fc: fibras colágenas. Flechas: paquetes de miocitos lisos. v: vasos sanguíneos de carácter venoso).
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Pezón. HE (6). Humano. 20x. Microfotografía a gran aumento de una glándula sudorípara ecrina (centro y parte inferior de la imagen) y de una glándula de Montgomery (arriba). Es patente la fácil diferenciación entre las primeras, con su porción secretora (flechas rojas) y su conducto excretor (flechas azules), y las glándulas de Montgomery (Mo), que son glándulas sudoríparas apocrinas modificadas, túbulo-alveolares con una luz bastante amplia.
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Pezón. HE (7). Humano. 40x. Las glándulas de Montgomery son glándulas sudoríparas apocrinas modificadas, túbulo-alveolares. En esta imagen a gran aumento se observan varias secciones de la porción secretora, una de ellas efectuada tangencialmente (asterisco), en la que se comprueba la forma alargada de las células mioepiteliales (puntas de flecha azules). Nótese el epitelio, cúbico/prismático, con material secretor (puntas de flecha rojas) en el polo apical de las células glandulares. En ocasiones se aprecian típicas imágenes de secreción apocrina (flecha).
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Pezón. HE (8). Humano. 10x. Sección transversal de un conducto galactóforo (G). Es típico el aspecto ramificado de su luz, dando una imagen en “asta de ciervo”. El epitelio de revestimiento es cúbico/prismático biestratificado. (m: paquetes de miocitos lisos. Fc: fibras colágenas).
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Mama en reposo. HE (1). Humano. Panorámica de una sección de glándula mamaria humana, en estado de reposo, perteneciente a una mujer en edad fértil. El parénquima glandular se dispone en lobulillos (flechas), y varios lobulillos se agrupan en lóbulos (L), como puede verse abajo a la izquierda. El estroma conjuntivo es muy abundante y, aunque desde un punto de vista teórico puede dividirse en interlobar (o interlobular), interlobulillar e intralobulillar, lo que más destaca a bajo aumento es la presencia de lobulillos adiposos (asteriscos) entre los lóbulos y a veces entre los lobulillos.
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Mama en reposo. HE (2). Humano. 4x. Varios lobulillos (Lo) mamarios en el seno de un tejido conjuntivo interlobulillar (asteriscos). En el lobulillo se hallan las porciones más profundas de los conductos excretores y numerosos túbulo-alveolos (puntas de flecha rojas) escasamente desarrollados, con luz muy pequeña, a veces ocupada por una mínima cantidad de producto de secreción eosinófilo. En el lado izquierdo de la imagen hay un conducto excretor (flecha) de luz algo dilatada, que parece estar abandonando el lobulillo. (Puntas de flecha azules: tejido conjuntivo intralobulillar).
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Mama en reposo. HE (3). Humano. 10x. Dos lobulillos mamarios separados por un tejido conjuntivo interlobulillar (asteriscos). En el lobulillo se hallan las porciones más profundas de los conductos excretores y numerosos túbulo-alveolos (puntas de flecha rojas) escasamente desarrollados, con luz muy pequeña, a veces ocupada por una mínima cantidad de producto de secreción eosinófilo. El tejido conjuntivo intralobulillar (flecha) es más celular que el interlobulillar, y – aunque este detalle no se aprecia en la imagen – debe ser más laxo. (Punta de flecha azul: conducto excretor intralobulillar).
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Mama en reposo. HE (4). Humano. 10x. Un lobulillo mamario y porciones de otros dos. En el lobulillo situado centralmente es posible distinguir varios túbulo-alveolos (puntas de flecha), escasamente desarrollados, con luz muy pequeña y a veces ocupada por una mínima cantidad de producto de secreción eosinófilo. Se aprecia también un conducto excretor intralobulillar (flecha), que acabará por abandonar el lobulillo. (Asteriscos: tejido conjuntivo interlobulillar).
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Mama en reposo. HE (5). Humano. 20x. El tejido conjuntivo intralobulillar (asterisco azul) es más celular y más laxo (este último aspecto no se aprecia con claridad en la imagen) que el interlobulillar (asterisco rojo). Obsérvese cómo muchos de los túbulo-alveolos (flechas), a pesar de su escaso grado de desarrollo, presentan una pequeña luz, muchas veces ocupada por una pequeña cantidad de producto de secreción con apetencia tintorial eosinófila.
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Mama en reposo. HE (6). Humano. 20x. Túbulo-alveolos (flechas) pertenecientes a varios lobulillos mamarios. Aun escasamente desarrollados, es posible detectar en la mayoría de ellos una pequeña luz y algo de producto de secreción. El epitelio de revestimiento de estas estructuras parece estar constituido por dos capas celulares: la más externa correspondería a las células mioepiteliales, que a veces presentan un citoplasma muy pálido (puntas de flecha). A la izquierda se observa un conducto excretor interlobulillar (asterisco) con luz algo dilatada y producto de secreción amorfo y eosinófilo.
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Mama en reposo. HE (7). Humano. 40x. Imagen a gran aumento de un lobulillo mamario, en el que se observa una estructura epitelial túbulo-alveolar, con algunas dilataciones rellenas de una pequeña cantidad de producto de secreción (flechas) amorfo y eosinófilo. Nótese cómo el epitelio de revestimiento parece constar de dos capas celulares, de las cuales la más externa corresponde a las células mioepiteliales, que unas veces presentan un citoplasma muy pálido (puntas de flecha azules) y otras más densificado (puntas de flecha rojas). (Asterisco: tejido conjuntivo intralobulillar).
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Mama en reposo. HE (8). Humano. 20x. Conducto excretor, como mínimo interlobulillar y probablemente ya interlobular. Nótese la irregularidad del contorno de su luz. Está tapizado por un epitelio biestratificado: las células más superficiales (puntas de flecha rojas), adyacentes a la luz, son prismáticas bajas, y las situadas más externamente corresponden a las células mioepiteliales (puntas de flecha azules), muchas de las cuales presentan un citoplasma extremadamente pálido y un núcleo pequeño y denso.
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Mama. Gestación. HE (1). 2x. Imagen a pequeño aumento de una glándula mamaria de coneja gestante. Obsérvese cómo los lobulillos mamarios (Lo) son numerosos y están muy desarrollados, albergando abundantísimos túbulo-alveolos muy próximos entre sí. En el tejido conjuntivo interlobulillar se aprecian algunos conductos excretores (flechas) y una gran cantidad de tejido adiposo unilocular (asterisco).
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Mama. Gestación. HE (2). 10x. Durante la gestación, en la glándula mamaria los lobulillos (Lo) aumentan claramente de tamaño, reduciéndose el espacio ocupado por el conjuntivo interlobulillar. Los túbulo-alveolos poseen una luz (puntas de flecha rojas) relativamente amplia, fácilmente visible, rellena de un producto de secreción con aspecto espumoso. En el centro de la imagen se observa, seccionado longitudinalmente y en el seno de un delgado septo conjuntivo, un conducto excretor interlobulillar (flecha), que comunica directamente (puntas de flecha azules) con túbulo-alveolos. (A: adipocitos).
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Mama. Gestación. HE (3). 20x. En la glándula mamaria, durante la gestación, los lobulillos aumentan llamativamente de tamaño, presentando una enorme cantidad de túbulo-alveolos (flechas rojas) y escaso tejido conjuntivo intralobulillar. La luz de los túbulo-alveolos es relativamente amplia, y está ocupada por un material de aspecto espumoso. (Flechas azules: septos conjuntivos interlobulillares. Asterisco: conducto excretor interlobulillar).
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Mama. Gestación. HE (4). 40x. Imagen a gran aumento de túbulo-alveolos de una glándula mamaria de coneja gestante. El epitelio es cuboideo, con células secretoras (flechas) y células mioepiteliales, más aplanadas, localizadas externamente, muy difíciles de identificar. La luz de los túbulo-alveolos, relativamente amplia, está totalmente ocupada por un producto de secreción en el que, tras cuidadosa observación, se distinguen depósitos granulares de material eosinófilo (puntas de flecha rojas) y esférulas pálidas (puntas de flecha azules). El conjuntivo intralobulillar apenas es perceptible.
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Mama. Lactancia. HE (1). 10x. Imagen a aumento mediano de una glándula mamaria de rata, en fase activa de producción de leche. Existen numerosísimos túbulo-alveolos (flechas) y un muy escaso estroma conjuntivo. Los túbulo-alveolos presentan grados de actividad muy diversos, lo cual se pone de manifiesto no sólo por su variable tamaño y el diferente calibre de sus luces, sino por la distinta altura de las células epiteliales glandulares que los constituyen. La cantidad de producto de secreción en el interior de los túbulo-alveolos es, asimismo, muy variable. (A: adipocitos uniloculares).
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Mama. Lactancia. HE (2). 20x. Los túbulo-alveolos (Ta) de una glándula mamaria activa son muy diferentes en lo que respecta a su tamaño y al calibre de su luz. Incluso se observan llamativas formas ramificadas (asterisco). La altura del epitelio glandular también varía, pudiendo detectarse esas diferencias en un mismo túbulo-alveolo. Es fácil ver imágenes de protrusión de los polos apicales (puntas de flecha) de las células glandulares, hecho característico de la secreción apocrina. El producto de secreción presenta tanto formaciones de aspecto esferular como material eosinófilo y amorfo.
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Mama. Lactancia. HE (3). 40x. Túbulo-alveolos de la glándula mamaria activa vistos a gran aumento. La altura de las células epiteliales glandulares varía: son desde relativamente aplanadas (flecha roja) hasta cúbicas altas (flecha azul). Las imágenes (puntas de flecha) de protrusión, estrangulamiento y desprendimiento, de los polos apicales de las células glandulares, son características de la secreción apocrina. El producto de secreción en las luces de los túbulo-alveolos presenta formaciones de aspecto esferular, eosinófilas o pálidas, así como material eosinófilo amorfo. (m: mastocito).
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Mama. Lactancia. HE (4). 40x. Imagen a gran aumento de una sección transversal de un conducto excretor interlobulillar (asterisco). Posee una luz relativamente amplia, con una pequeña cantidad de producto de secreción, y un epitelio de revestimiento cuboideo en el que en que sólo en algunos puntos parece detectarse la presencia de dos capas celulares. Por fuera existe una densificación de tejido conjuntivo. Externamente, se aprecian túbulo-alveolos mamarios (Ta), así como adipocitos uniloculares (A).
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